miércoles, 23 de septiembre de 2015

LA MONTAÑA RUSA MUSICAL

Martes de jazz
Por Gustavo Montenegro Cardona

Gracias a las fotografías del maestro Quique Rosero.

“Latin Boys Jazz Ensamble” tocó la fibra que conecta la sensibilidad musical, Yeimy Argotti recibió como los grandes su reconocimiento como artista homenajeado y Philipe Sellam contribuyó con un auténtico laboratorio musical en la segunda noche del festival “PastoJazz: músicas del mundo”.


Siete muchachitos subidos en el escenario del Teatro Javeriano jugando a hacer música en serio fue el aperitivo de la noche del 22 de septiembre en la quinta versión de “PastoJazz”. Dirigidos con una emoción vibrante por el maestro Yeimy Argotti Benavides, los “Latin Boys Jazz Ensamble” trajeron con su repertorio las clásicas piezas del jazz latino. Su entrada resultó ser un tributo a las ganas de construir vida desde las experiencias de jóvenes apasionados por hacer de la música algo más que una simple distracción.



John Coltrane, Dizzy Gillespie, Ray Barreto, Chucho Valdés, y muchos otros grandes nombres pasaron de visita por el escenario del Teatro Javeriano a través de una interpretación alegre y festiva que invocó hasta el nombre de Luis E. Nieto con un interesante arreglo del sureño “El Chambú”.

Al decir de Yeimy Argotti, el proceso de “Latin Boys Jazz Ensamble” es un trabajo de “investigar, escuchar, sentir la música para comprender el legado del jazz”. Con emoción apenas justa comenta Yeimy que “dicen que los pastusos somos buenos percusionistas” y se arranca con un arreglo de “Obsesión” que comprobó que el talento es natural entre los nariñenses.

Bien lo dijo Miguel Camacho, “Yeimy Argotti es el midas de Nariño, todo lo que lo toca, lo vuelve oro”. Ese todo, esa suma de experiencia, de disciplina, de talento, de carácter, de trabajo apasionado se convirtió en la justa medida para que este destacado percusionista, docente, y músico de tiempo completo recibiera el “título” de músico homenajeado en la quinta versión de “PastoJazz”.



El conmovedor encanto de “Latin Boys Jazz Ensamble” dialogó con la experiencia de un Philipe Sellam cargado de energía, de sonidos electrizantes, de exploraciones sonoras, y de una propuesta que es lo más parecido a un laboratorio musical en vivo.

Reverberaciones, ecos, cada quien desempeñando su mejor papel. Ya en la batería, ya en los teclados de sonidos electrónicos y clásicos de Alfio, y un saxofón cargado de sorpresas en cada aparición que no es fortuita.



Phillipe Sellam y su trío posee una música que sorprende, que llama la atención, que demanda una interpretación por parte del oyente. Puede resultar tan densa, como digerible. Tan afectiva, como reactiva, pero al fin y al cabo es música, música en clave de jazz, y se disfruta con la misma intensidad de los que supieron expresar en el lenguaje universal los sentimientos y sensaciones traídas desde la lejana Francia hasta “PastoJazz”. Esta segunda noche fue, sin duda, como un viaje a través de la montaña rusa musical.



Y faltan unas cuantas noches más.

Mayor información
Juan Carlos Santacruz Gaviria
3006519316
correo@fondoculturanarino.org


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